Normalmente lo que la gente suele hacer es contratar directamente a un profesional de la construcción y decirle «quiero que me tires este tabique, quitar el gotelé y cambiar baño y cocina. MAL, MUY MAL, ESO NO SE HACE, (a continuación te explico el porque).
Una reforma y más si es integral, no es algo que cueste dos duros. Una reforma probablemente te durará toda la vida y por lo tanto una mala decisión podría hacer que te arrepintieses para siempre y que acabes gastando más dinero de lo que te hubieses gastado de un principio haciendo las cosas bien y paso a paso. Se que queremos ver la casa terminada cuanto antes y que nos provoca mucho estrés las reformas pero es necesario pararnos a pensar, planificar todo bien.
Contacta con un interiorista y que te haga el proyecto de la reforma, cuéntale que quieres y el se pondrá manos a la obra. Tomará mediciones del estado actual y en base a eso creará diferentes posibles distribuciones de las cuales tú, tendrás que elegir la que más te guste. Una vez elegida, creará todos los planos pertinentes, desde el plano de derribo, hasta el de obra nueva, pasando por secciones, planos de distribución, planos de electricidad, luz… además creará un moodboard con su paleta de colores y mobiliario. Finalmente y lo más importante, podrás ver el resultado final de la reforma sin haber comenzado ¿no te parece mágico?